Michael Douglas ha celebrado su 80 cumpleaños por adelantado con una fiesta un tanto peculiar. No era en Hollywood, sino en un pequeño enclave de la Sierra de Tramontana de Mallorca. Tampoco había famosos en la lista de invitados. El actor estaba acompañado por los vecinos de Valldemossa, un pueblo pintoresco que se ha convertido en el refugio perfecto del artista para pasar su jubilación.
Situado a 25 kilómetros de la ciudad de Palma, uno de los grandes atractivos de Valldemossa es su geografía montañosa, particular en el norte de la isla. Los huertos, los campos de cultivo y los olivos forman parte del paisaje de un pueblo con un centenar de casas pintadas en tonos ocre. Por sus calles empedradas pasaron muchas celebridades, más allá del marido de Catherine Zeta-Jones.
Una historia de amor entre las montañas de Mallorca
Los que visitan Valldemossa se adentran en un viaje a través del tiempo. Y no es para menos. El Real Monasterio de Cartuja, fundado en el siglo XIV por el rey Martín el Humano, es uno de los lugares más emblemáticos del pueblo. Su torre con azulejos verdes destaca por encima del resto de casas y edificios. En su interior alberga un claustro y una iglesia gótica con un retablo barroco y la tumba del rey Sancho I de Mallorca.
También hay museo dedicado Frédéric Chopin, objetos personales como partituras manuscritas, pianos y cartas. El monasterio se convirtió en el refugio del compositor y la escritora George Sand. Ambos llegaron a finales de 1838 en barco y se alojaron en la Celda Prioral. Durante su estancia, Chopin compuso algunas de sus obras más conocidas, como los Preludios Op. 28 y la Balada No. 2.
Un refugio para artistas y celebridades
La Plaza Mayor es otra de las paradas obligatorias. Es el corazón social del pueblo y está rodeada de bares, restaurantes y tiendas. La Vía Blanquerna es una de las calles más emblemáticas que recorre el centro histórico de Valldemossa. Los locales de artesanía o las galerías de arte llaman la atención de todos sus turistas.
Valldemossa puede presumir de tener puerto y playa. Conocido como Sa Marina, se encuentra a unos seis kilómetros del pueblo. Es pequeño, pero guarda un encanto muy especial y una gran historia. En la época medieval era un importante enclave comercial, una función que ha perdido en la actualidad. Su playa también es pequeña, pero destaca por sus aguas cristalinas.
La belleza y la tranquilidad de Valldemossa han inspirado a numerosos artistas a lo largo de los años. Además de Chopin, Sand o Michael Douglas, otros nombres destacados como el político Gaspar Melchor de Jovellanos o los escritores Santiago Rusiñol, Antonio Machado, Rubén Darío y Azorín se han alojado en el pueblo, algo que ha quedado registrado en sus obras.
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